Ogiru
A veces, los proyectos más potentes no nacen de un plan de negocio, sino de una costumbre cotidiana.
Así comenzó el camino de Miren e Ion, pareja y padres de tres hijos, que decidieron convertir su forma de hacer pan en casa en un proyecto con propósito. Todo empezó como un hobby de Miren, con curiosidad, ganas de comer mejor y una forma de hacer pan basada en ingredientes naturales y procesos tradicionales.
“Compartíamos el pan con amigos y familia… y nos animaron a ir más allá.”
Miren, ingeniera informática, sintió que era el momento de apostar por algo más alineado con su forma de vivir: saludable, sencillo y consciente. Así nació OGIRU, un obrador artesanal en Vitoria que elabora pan con masa madre y materias primas naturales, sin aditivos. Un pan real, sin artificios.
“Queremos ofrecer una alternativa a la panadería industrial. Un pan que gira en torno a un producto honesto, de alta calidad, que rescata métodos tradicionales de panificación. OGIRU no es solo un obrador, es un espacio de pausa, de volver a lo esencial, de reconectar con lo que realmente importa: los procesos naturales, los ingredientes puros, las relaciones humanas y el respeto por el entorno.”

Están en plena transformación del local, trabajando con un estudio de arquitectura para definir el espacio. Miren dejará su trabajo para volcarse en el proyecto, que avanza con una idea clara: cuidar el detalle, sin prisa pero sin pausa.
En ese camino, Innobide ha sido clave en sus primeras decisiones. Todo comenzó cuando acudieron al Ayuntamiento sin saber por dónde empezar, y allí les hablaron de Innobide. Su primer contacto fue con Libe, quien les dio una visión general de los pasos a seguir.
Con Unai Manso revisaron a fondo la parte económico-financiera. Ya tenían un plan de negocio, pero Unai les ayudó a analizarlo con una mirada crítica y realista. Ajustaron previsiones, corrigieron errores y, sobre todo, ganaron claridad.
“Unai fue muy directo, muy claro. Nos ayudó a validar lo que teníamos, a afinar criterios y a confirmar que lo que queríamos hacer tenía sentido.”
Con Aroa García, el trabajo fue profundo y estratégico. Definieron misión, visión, valores, perfil de cliente ideal y objetivos de comunicación. Usaron Pickgeo para validar la ubicación y, a partir de ahí, comenzaron a construir toda la identidad de marca.
“Aroa entendió muy bien el proyecto y conectamos de maravilla desde el principio. Nos ayudó a reflejar lo que teníamos en la cabeza en algo que se puede contar, diseñar y compartir.”
La conexión fue tan buena que, incluso fuera del programa municipal, han decidido seguir trabajando con ella en el desarrollo de la identidad visual y el posicionamiento de OGIRU.
OGIRU aún no ha abierto sus puertas, pero poco a poco va tomando forma. Y desde Innobide, nos alegra acompañar sus primeros pasos.